El auge de la inteligencia artificial (IA) generativa ha traído una serie de términos nuevos, y «prompting» es uno de ellos. A medida que se vuelve más frecuente utilizar herramientas de IA para agilizar y mejorar procesos legales, el prompting –el arte de redactar instrucciones precisas para obtener respuestas relevantes de un modelo de IA– se presenta como una habilidad aparentemente indispensable. Pero, ¿es realmente una habilidad tan imprescindible para los profesionales del derecho, o es una moda pasajera? ¿Cuánto tiempo será necesario aprender a «hablarle» a la IA antes de que ésta pueda «entendernos» sin tanta intervención?
¿Qué es el prompting legal?
“Prompting” es la técnica de dar instrucciones claras y precisas a un modelo de IA para que entregue respuestas útiles y coherentes. En el ámbito legal, el prompting puede ayudar a abogados, paralegales y otros profesionales a obtener información específica, redactar borradores de documentos, sintetizar jurisprudencia y generar ideas en áreas complejas.
Sin embargo, el prompting no es un acto tan simple como dictarle a la máquina, sino que los abogados deben ser muy precisos con las instrucciones, ajustarlas y, en muchos casos, mejorar sus habilidades de comunicación para conseguir resultados que no estén sesgados y que no les pongan en un compromiso profesional.
Ventajas del prompting en el sector legal
El prompting permite a los despachos de abogados obtener una serie de beneficios prácticos, incluso si se implementa dentro de las tareas concretas del Legal Project Management:
- Ahorro de tiempo: Con el prompting, los abogados pueden generar borradores de contratos y otros documentos en cuestión de minutos. Los resultados no suelen estar listos para ser entregados al cliente sin revisión, pero sí permiten una base sólida para empezar a trabajar.
- Facilita la investigación jurídica: A través de prompts bien elaborados, los modelos de IA ayudan a identificar precedentes legales relevantes, normativas y datos útiles para sus casos. La clave está en saber formular la consulta de manera adecuada para obtener información precisa. Eso sí, es primordial comprobar siempre la respuesta de la IA y la procedencia de esa información, pues algunos abogados ya se enfrentan a demandas por aportar información falsa proporcionada por la IA.
- Mejora la eficiencia en el análisis de datos: Con prompts específicos, los abogados pueden analizar grandes volúmenes de datos de manera ágil, identificando patrones o problemas que de otra manera llevarían horas o incluso días en descubrir.
Limitaciones del prompting legal: un enfoque crítico
A pesar de todas estas ventajas, existen importantes limitaciones en el prompting que pueden volverse un obstáculo para los abogados a medida que la IA avanza:
- Curva de aprendizaje: Aprender a crear buenos prompts no es inmediato, requiere tiempo y experiencia, y para algunos abogados puede resultar una distracción en sus tareas principales. Además, no todos los profesionales del derecho se sienten cómodos adaptando sus habilidades al lenguaje de la IA, lo que puede generar frustración o errores de interpretación.
- Calidad de las respuestas y errores éticos y de seguridad: Incluso con prompts precisos, los resultados pueden ser inconsistentes o estar sesgados. La IA puede ofrecer respuestas útiles en algunos casos, pero en otros, puede entregar información irrelevante o inexacta, especialmente en temas legales complejos donde el contexto y las sutilezas jurídicas son vitales.
- Dependencia temporal: A medida que los modelos de IA avanzan, es probable que el prompting se vuelva menos relevante. La tecnología de IA está avanzando rápidamente hacia un punto en el cual los sistemas pueden interpretar consultas más amplias o ambiguas con una comprensión cercana a la humana. Esto implica que la necesidad de dominar el prompting podría disminuir en un futuro próximo, lo cual plantea preguntas sobre si merece la pena dedicar tiempo a perfeccionar esta habilidad.
¿Merece la pena invertir tiempo en el prompting legal?
Es evidente que el prompting tiene sus ventajas hoy en día, pero a medida que los sistemas de IA mejoran, es muy probable que éstos necesiten menos intervención humana para obtener resultados útiles y coherentes.
Es muy probable que los futuros sistemas de IA puedan comprender contextos complejos y matices legales sin depender de instrucciones tan detalladas, lo que podría hacer que el prompting se vuelva obsoleto para muchos casos prácticos en un horizonte no tan lejano.
Así que, aunque actualmente el prompting legal pueda parecer una herramienta útil y potente, es probable que tenga poco recorrido. Por lo tanto, en lugar de invertir recursos en formar a todo un equipo en técnicas avanzadas de prompting legal, los despachos y profesionales del sector pueden optar por soluciones de IA más intuitivas y accesibles que no requieran habilidades especializadas, incluso externalizar las propias tareas de prompting legal.
Tips para conseguir un buen prompting legal
A pesar de que somos de la opinión de que el prompting legal no será de gran utilidad a corto-medio plazo, sí que conocemos algunas técnicas para usar el prompting de manera eficiente y sacar provecho a la IA:
- Se específico y conciso: Al redactar un prompt, es mejor ser directo y claro, evitando ambigüedades. Cuanto más específico sea el prompt, más coherente será la respuesta de la IA.
- Utiliza lenguaje sencillo y directo: Evita el uso de terminología jurídica compleja, ya que algunos modelos de IA aún pueden tener dificultades para comprender términos específicos del derecho.
- Realiza pruebas y ajustes: No siempre se obtiene la respuesta correcta a la primera. Es recomendable probar varias versiones de un mismo prompt para ver cuál ofrece el mejor resultado.
- Monitorea la calidad y veracidad de las respuestas: Las respuestas de la IA deben ser revisadas y validadas antes de ser incorporadas en cualquier documento o estrategia legal. No confíes ciegamente en las respuestas generadas.
En conclusión, el prompting legal puede ser de gran ayuda para los abogados hoy en día, pero es importante mantener una perspectiva crítica y estar preparados para adaptarnos a las innovaciones que sin duda transformarán el ámbito jurídico en los próximos años.